El adaptador universal, como yo lo llamo, no es más que una cinta de cuero de unos 3cm de ancho x 25cm de largo. Este cuerpo principal tiene en sus extremos dos trozos de velcro que permiten el cierre de la cinta en sí misma formando un aro elíptico. En su parte central tiene cosida otra pieza de cuero solo por tres de sus extremos, dejando uno de los lados libre para poder introducir los diferentes utensilios que el adaptador nos permitirá utilizar.

En principio me lo presentaron para poder comer, insertando los cubiertos en el hueco que queda entre las dos piezas de cuero. Pero nos dimos cuenta que no era la única funcionalidad que se le podía dar. Este adaptador puede servir para realizar actividades en las que tengamos que manipular instrumentos tan delgados que no seamos capaces de cogerlos por nuestros medios. En mi caso este adaptador me ha permitido teclear (intruduciendo un bolígrafo o un lápiz con goma), escribir (con un bolígrafo), comer (con un tenedor o cuchara), afeitarme (con una maquinilla de afeitar), cepillarme los dientes (adivina qué) ...
Las medidas que he puesto son las del adaptador que utilizo yo. Cada uno es libre de cambiarlas para poder usar los utensilios que necesite. Se me ocurre, por ejemplo, que se podría diseñar uno algo más ancho para poder meter en él un cepillo para el pelo o peine.