En el hospital Vall d'Hebron tuve la suerte de encontrarme con Mariano. Un hombre que creo disfrutaba un huevo de su trabajo: terapeuta ocupacional. Y algo que le encantaba era hacer cacharrillos para facilitar las tareas cotidianas. Conmigo, después del fracaso de la escalerilla para incorporarme en la cama, acertó con dos gadgets muy interesantes: el guante para hacer pesas y el adaptador universal. En principio estaba diseñado para poder meter los cubiertos (sea cuchara, tenedor o cuchillo) y así poderlos sujetar y hacer fuerza con ellos para pinchar o cortar (tarea que tengo pendiente todavía).
Lo que más me apetecía hacer cuando iba a verlo era escribir "a mano y a máquina" (sí, sí. A máquina). Para teclear, Mariano había diseñado un artilugio con resina, una especie de anillo elíptico para introducir 4 de los dedos de la mano (todos menos el pulgar). Este anillo tenía un apéndice en uno de los extremos de la elipse, que se utilizaba para darle a las teclas. Resultaba algo incómodo, ya que al ser de resina los roces y molestias eran constantes. Así que optamos por darle una nueva funcionaidad al adaptador universal.
Inicios
Para seguir la misma técnica de tecleo, introdujimos en el adaptador un bolígrafo dejando fuera la parte posterior, tal que así.
De esta manera se conseguía lo mismo, pero la mano lo agradecía ya que el tacto del cuero es mucho más agradable y evitaba cualquir tipo de roce o herida. Y esto en personas con poca o nula sensibilidad es muy de agradecer.
Aprendiendo a escribir (I) [youtube.com]
Con tiempo y práctica, la velocidad de tecleo fue en aumento. Eso generaba un problema: el plástico de la parte trasera del bolígrafo resbalaba bastante al impactar contra el teclado y eso hacía que tuviera que borrar muchas veces. Y la solución, muy sencilla: cambiar el bolígrafo por un lápiz con goma por detrás. De esa manera no resbalaba tanto y cometía menos errores a la hora de teclear.
Aprendiendo a escribir (II) [youtube.com]
Abandonando el adaptador
Al cabo de unos años caí en la cuenta de una cosa: cuando escribo a mano, el rotulador lo pongo entre mis dedos índice y corazón. Al empezar a utilizar bolígrafos en lugar de rotuladores, vi que podía ir apretando cada vez más sobre el papel y que la fuerza que ejercían mis dedos para aguantar el bolígrafo (debido a la pinza) podía ser suficiente para teclear directamente con la mano en lugar de utilizar el adaptador. Después de pruebas y más pruebas, conseguí hacerlo pero, como se puede observar en el vídeo, el lápiz es demasiado delgado y se me va escapando. Con lo cual, debía encontrar una alternativa que me permitiera poder teclear directamente pero sin tener que parar cada poco tiempo para poner el lápiz en su sitio.
Aprendiendo a escribir (III) [youtube.com]
Topé entonces con los portagomas. Es lo mismo que un portaminas, pero que contiene goma en lugar de minas de lápiz. Es bastante más grueso que un lápiz convencional (cosa que hace que resbale menos) y, además, permite utilizar el deslizador de la goma para hacer de tope, con lo que se evita en mayor medida que el portagomas resbale cuando se teclea.
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